jueves, 29 de julio de 2010
Saliendo del armario equivocado: 2-Preguntas.
domingo, 25 de julio de 2010
Saliendo del armario equivocado: 1-Llamada.
- Desde luego… ¡Sí que tiene prisa! - Se encogió de hombros la encapuchada, mientras contemplaba cómo su compañero de fatigas se alejaba raudamente.
Esta inusual “espantada” por parte del comedido hechicero la había desconcertado. Puesto que tampoco era cuestión de quedarse plantada en medio del camino, la mujer decidió reemprender la travesía.
Súbitamente, la embargó una desagradable y apremiante sensación: Era como un retortijón incontrolable, una especie de llamada urgente tremendamente similar a esa incómoda sublevación intestinal que culmina en indisposición suprema y en evacuación perentoria.
- ¡Imposible!
Mareada, no tuvo tiempo para reaccionar: La engulló un pulsante torbellino púrpura de sombras; notó cómo se descomponía en incontables y minúsculos fragmentos con conciencia propia para, casi en el mismo instante, reagruparse dolorosa e íntegramente, retornando a la normalidad.
Abrió los ojos, aturdida, mas hubo de cerrarlos, deslumbrada. Necesitó unos segundos para acostumbrarse. Cuando lo hizo y pudo observar a su alrededor, quedó paralizada por el asombro.
Y es que ella, Margueritte Eleanore Edhelstein, acababa de salir de una especie de tétrico armario, de un inquietante ataúd creado mediante energía vil con hechuras de… ¡letrina!.
miércoles, 14 de julio de 2010
La propuesta
Tarde apacible y con buen tiempo en las tierras del antaño poderoso Reino de Arathi.
Dos renegados cabalgaban al trote por el camino empedrado, con la intención de cumplir un par de encargos sencillos y dedicar el resto de la tarde a sus respectivos asuntos.
Los dos jinetes estaban de buen humor, dentro de lo posible y cada uno a su manera. La sacerdotisa meditaba sobre los sucesos del día y el brujo, cortés como de costumbre, amenizaba el trayecto con su ingenioso verbo.
Sin venir a cuento, y cuando estuvo seguro de que tenía toda la atención de su compañera, Valdor se decidió por fin y expuso el tema que realmente le interesaba: Deseaba hacer partícipe a Margueritte de un secreto e implicarla en ese proyecto tan importante para él. Sabía que la mujer no traicionaría su confianza. También intuía que ella compartía en gran medida sus ideales, de manera que el riesgo era mínimo.
Y se lanzó:
Su voz siempre cansada, sus eses eternas y arrastradas descubrieron a Margot la existencia de un Círculo. Un pequeño grupo de personas que luchan contra los Monstruos incansablemente. En el más absoluto de los secretos. Sin tregua. Sin sometimiento a más autoridades que ellos mismos y sin más ataduras que su lealtad y su conciencia.
Le habló también de Missao, su Enemiga. Una ¿mujer? para la que el apelativo de Monstruo quedaba corto; Una perversa hechicera que había recorrido gozosamente y sin pestañear todos los peldaños necesarios para dejar atrás la humanidad y transformarse, por derecho propio, en una criatura demoníaca extremadamente peligrosa.
Actualmente estaban en campaña contra ella. Al parecer, se trataba de un asunto urgente y además personal. Eso dedujo la sacerdotisa por el brillo que percibió en los habitualmente inescrutables ojos del tenaz investigador llamado Valdor Skarth.
El brujo sonrió cuando de los frescos labios de Margueritte surgió esa respuesta que él preveía. ¡Cómo no iba implicarse ella en esa lucha contra la Plaga y contra las Sombras que era la suya propia!…
Sorprendentemente, apenas hubo escuchado la contestación se despidió y partió, dejando a la sierva de la Luz perpleja y llena de dudas.
miércoles, 7 de julio de 2010
Dos son compañía
Magma ondeando al viento. Anémonas ondulando casi amenazadoras, enmarcando un rostro hermoso y aniñado en el que brillan con luz propia esos dos gélidos tizones almendrados; Armadura completa sombría y funcional, ocultando y protegiendo un cuerpo que se adivina escultura animada. A la espalda porta una de esas funestas Espadas con vida propia, heraldos de muerte, HojasRuna las llaman. Incluso el aire le abre paso, temeroso, cuando camina. Su presencia provoca cuando menos respeto y sólo un inconsciente o un loco desoirían lo que el instinto de supervivencia dicta: Es una poderosa depredadora. ¡Peligro!
¿Cuanto tiempo necesitó para evaluar a Margueritte y descartarla como rival? Fracciones de segundo que se le antojaron demasiado largas a la sacerdotisa.
La mirada que dedicó a Valdor fue muy diferente: Reconocimiento, amistad, nostalgia… Alegría ante el encuentro.
El brujo apresuró el paso para reunirse con ella, agradablemente sorprendido.
-¡Crowen! ¡Qué alegría!… No esssperaba encontrarte por aquí…
Corteses saludos y presentaciones. Con una punzada de ¿celos?, Margot se mantuvo discretamente al margen.
Que entre Valdor y la Dama de la Muerte había una relación muy profunda era más que evidente: La “química” flotaba en el aire.
Ellos tendían mucho que contarse y Margueritte no quería ser un estorbo, así que se despidió.
En solitario reemprendió el camino de vuelta a la cochambrosa posada de Molino Tarren.
Dos son compañía.