Un pie delante de otro. Con cuidado. Un paso primero y el siguiente luego, procurando no mirar atrás. Inspirar, espirar y, cuando toque, expirar. Pero mientras, a lo que vamos: ¡Ojo!, sabemos que el sendero está minado. No valen excusas, así que limpia ese rastro delator de sangre mientras intentas avanzar. Ni ruido ni aspavientos.
Y el paisaje, con todo, ha ido cambiando:
Antes marchábamos por un erial pedregoso bajo un
ardiente sol de mediodía implacable, omnipresente,
omnisciente se diría. No había refugio posible y estábamos
perpetuamente expuestos a su claridad cegadora. El aire, denso y a
ratos extrañamente frío, no quería entrar en los pulmones y el
único alivio a tanto ahogo era el propio sudor deslizándose bajo
la ropa. La dureza del terreno acabó desgastando de tal manera a
alguno que acabó tropezando impotente, descalzo, en carne viva,
sintiéndose culpable por no poder mantener el ritmo ni cargar con
ese peso. Momentos de descanso, los indispensables (más
bien, los inevitables). El deber no admite justificaciones ni
demoras.
El erial, casi por sorpresa, dio paso a una
pradera. Un mar de hierba que atravesamos más bien por inercia, sin
demasiado tino, al no tener el rumbo marcado ni idea de hacia dónde
nos dirigíamos. Oímos decir que pronto pisaríamos terrenos más
amables.
Onduladas colinas teñidas de un verde vivo,
diríase que brillante, flores a ambos lados del camino y un clima
primaveral. ¡Menuda diferencia! Al fin pudimos conocer lo que era
transitar sin dolor... Sin embargo, si uno observa atentamente, al
atardecer sentirá la llamada de los fuegos fatuos; Percibo
que la tierra se hunde poco a poco bajo mi peso y pronto me
encuentro luchando por salir de una trampa llamada turbera. Sé que
no me auxiliará nadie.
Hermoso y mullido el paraje, sí, pero muy
peligroso para el caminante. Sin suelo firme, ni brazo en que
apoyarse.
Así que...
¡Mucho cuidado!. Un paso primero y el siguiente
luego. Recuerda no mirar atrás. Inspira, espira y, cuando llegue el
momento, expira. Mientras tanto, a la tarea: ¡Ojo!, el sendero está
minado. Nada de tonterías: limpia tu rastro delator
mientras intentas avanzar. Y si te asfixias, hazlo sin ruido ni
aspavientos.
(17/01/2009 21:33)