sábado, 14 de noviembre de 2009

Avanzando a Tientas-V

De Caza

¡No me lo creo! ¡Lo hemos conseguido! Había que hostigar a la columna de la Legión mientras pasaba por esta zona boscosa (ideal para las emboscadas), aislar grupos del grueso y darles estopa ¿no? ¡Pues vaya que si lo hemos hecho! ¡Chúpate esa, capitán Callahan! Yo, Herbert Müller, oficial del Cuerpo de Exploradores de la Alianza he cumplido la “misión imposible”…
¡Lástima que hayamos pagado un precio tan alto! No habrá sobrevivido a esta acción ni un cuarto de la unidad. Todos heridos. Mucho me temo que si no reciben auxilio en poco tiempo, más de uno caerá antes del amanecer. Por desgracia, hemos perdido a uno de nuestros dos sanadores. Gracias al difunto Padre William se han salvado vidas y les hemos dado fuerte a los demonios. Ahora solamente nos queda la Hermana Margueritte. La tengo junto a mí, tendida, agotada, casi fuera de combate. También ha dado lo mejor de sí y ahora me asiste en mi lecho de muerte. Llora mientras aprieta mi vientre para evitar que se desparramen mis vísceras y me desangre. Me cubre con gasas, invoca a la Luz para cerrar este tremendo tajo… La pobre a lo más que llega es a aliviarme en mi agonía. Ella ya tiene demasiada experiencia como para no saber que estoy acabado. Me pierdo una vez más en sus ojazos de color avellana. Me mira: Sucia, ensangrentada, llena de rasguños, cortes, magulladuras, con la ropa desgarrada… Su pelea con esas zorras demonios le ha pasado factura, pero así ¡está tremendamente sexy! Sin darme cuenta, la estoy besando ávidamente y ella me acoge, se aferra a mí.
- Marge… - ¡cómo cuesta hablar cuando te ahogas en tu propia sangre! – Tienes que ponerte a salvo.
- Shh… Herb, no hables… - Aprieta los vendajes y me incorpora hasta sentarme para facilitarme la respiración.
- Esto… se termina… Pónle… mi nombre… a tu primer… hijo. – Sonrío. Seguro que doy pena.
- ¡Aguanta un poco más, por favor!... ¡No me dejes sola!... Pronto llegarán los refuerzos kal’dorei...
En su cara veo que siente lo mismo que yo: ¡Hemos tenido tan poco tiempo para gozar el uno del otro!...
- Te amo… - No es muy brillante, vale, pero es lo único que se me ocurre. – Sobrevive… Sé feliz.
Y la mujer que se me ha entregado sin reservas, con la que desearía pasar el resto de mis días, se funde conmigo en un abrazo desesperado; en un beso eterno, mientras se me escapa la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por tu atención y tu opinión, mil gracias.