jueves, 16 de diciembre de 2010

Romanza del corazón roto: Desaparición.

“Me es imposible acompañarte. Lo siento. Ve sin mí.”

Margueritte había recibido la escueta nota justo antes de salir de Rémol para tomar el Zeppelín hacia Cima de Trueno. Había terminado cediendo a los ruegos de Rinark, principalmente porque sabía que tenía razón y necesitaba alejarse del enrarecido ambiente que se respiraba en los Claros de Tirisfal.

Agradables paseos, interesantes conversaciones y muchos momentos divertidos. Habían compartido tanto... Aún podía oír las escandalosas risotadas del joven tauren. Por eso le extrañó que, cuando al fin había logrado lo que se proponía, desapareciera de esa manera. No era ese su carácter.

Embarcó sumamente intranquila, rumbo a pastos más verdes.

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